sábado, 5 de marzo de 2011

·۰•●☆ Holanda...

Este viaje lo hice junto a cinco amigos más de la universidad. Bueno, para ser exactos, éramos cuatro amigos de la universidad: Vero, Paco, Tomás y yo; junto con dos amigos de Paco: Nutry y Roger.

NOTA: Como ya han pasado unos añitos de este viaje, no puedo explicarlo todo tal cual fue, ya que no recuerdo al 100% que cosas hicimos cada día, por lo que os contaré, un poco por encima quizás, todo lo que visitamos en los ocho días de viaje.

Fue un viaje curioso, en el sentido de que, realmente, nunca me había llamado la atención ir a Holanda. Sí que quería ir, porque quiero ir a mil sitios, pero no era uno de mis destinos prioritarios. Sin embargo, Paco y Tomás, sí que comentaban que querían ir a Ámsterdam y, tras una de nuestras tardes en la bolera, dijimos, a lo loco, que podríamos ir todos. Dicho y hecho. Tras esto, Vero, habló con su madre, que trabaja (o, al menos, por aquel entonces) en una agencia de viajes, y lo organizamos todo. Decir que nos salió el viaje a muy buen precio: el apartamento, que era una casita de dos pisos, nos salió por 70€ a cada uno (es decir, 420€) y el billete de avión, a 120€ ida y vuelta.

Con todo esto, la semana santa de 2006 despegamos rumbo a Holanda, donde pasaríamos ocho inolvidables días.

Holanda 2006
Una vez aterrizamos en el aeropuerto de Ámsterdam, aun nos quedarían tres horitas más hasta llegar a nuestro “apartamento” (entre comillas porque, como ya he dicho antes, era una casita), que lo teníamos en Vaals.

El sitio era precioso. Tanto el complejo como la ciudad. Cuando llegamos, ya era de noche y no nos dio mucho tiempo a visitarla, pero, al día siguiente, la visitamos de cabo a rabo.

Holanda 2006También aprovechamos para comprar algo de comida para pasar el resto de días, ya que, la compra del desayuno del primer día, la hicimos en la tienda del complejo, y nos salió carísimo!

Quizás lo más llamativo de la ciudad es el gran laberinto de Drielandenpunt.

Se trata de un inmenso laberinto de arbustos con una altura tal que no deja ver por encima de ellos, con lo cual encontrar el camino correcto es complicado… Callejones sin salida, bifurcaciones, obstáculos… son algunos de los alicientes que no hacen este laberinto apto para claustrofóbicos o impacientes.

Si logras llegar al centro, desde la caseta elevada puedes disfrutar de la vista del laberinto y observar a los participantes perdidos, así como planificar tu salida del laberinto.

¿Cómo harán para “salvar” a los que no encuentren la salida? No sé si los conocedores del laberinto de Drielandenpunt irán recogiendo al personal perdido cada cierto tiempo, pero está todo pensado. Incluso para el disfrute de un descanso y un tentempié en alguna de sus terrazas o bares, así como en la zona de juegos para niños o en la zona de tiro a la paloma (de porcelana) para adultos.

Holanda 2006En Maastrich fue donde pasamos la mayor parte de nuestro viaje, ya que estaba a menos de una hora en bus. La verdad es que me enamoró esa ciudad.

Allí fue donde visitamos los primeros “coffee-shops” (y sí, hubo quien compró algo de maria), pasamos un ratito en el casino, intentamos cenar en un restaurante chino pensando que tendrían los mismos tipos de menú de aquí, y no, cuando leímos la carta todo era carísimo (pero CARO) y terminamos cenando en el Mcdonal’s (no podía faltar jejje) y, compramos las famosas setas. Eso sí, setas de la risa, porque, las alucinógenas nos daban bastante yuyu a las chicas, ya que, su efecto depende del estado en cómo te las tomes y, en mi caso (y creo que en de ellas también) me las tomaría acojonada y, para estar viendo cosas raras y pasarlo mal, paso, prefiero reírme a saco!

Decir, que hacen efecto. Sí. Nos las tomamos una noche que decidimos ir de fiesta a la discoteca “Peppermill”, en Heerlen. No teníamos muchas ilusiones en que aquello hiciera efecto, la verdad. Pero, tras, aproximadamente, una hora de tomarlas, notamos que sí, nos reíamos por todo! Cualquier tontería que pasara era motivo para partirse de la risa. De hecho, no pudimos entrar en la discoteca porque había una “School Party” y, cuando el segurata (un gorila cual armario empotrado) nos lo dijo, yo no sé si serían las setas o que realmente lo dijo de un modo gracioso o qué, pero, las risas que nos pegamos en su cara fueron MUY grandes! Así como, la idea que tuvo Paco de buscar una percha en mitad del parking de la discoteca! ¿Para qué? os preguntareis Pues mejor no lo digo! Sólo os diré que pretendíamos no pagar taxi para volver, pero al final no pudo ser... Buenísima esa noche...

Holanda 2006Otra visita que hicimos fue al “Kasteel Hoensbroek”, al sur de Limburg, en el pueblo de Hoensbroek (municipio de Heerlen). Es uno de los castillos más grandes y más bonitos de los Países Bajos. Se construyó en 1250 y, lo más destacable, al menos para mí, es el salón de baile (es magnífico), la mazmorra (dan escalofríos al verla y entrar) y la alta torre de vigilancia/defensiva medieval (para la que hay que subir 60m).

Pero eso no fue todo, no. También visitamos Alemania. Y en bici! Así, como lo leéis. Una mañana, alquilamos unas bicis en el complejo y pusimos rumbo a Alemania. Vaals se encuentra muy cerca de la frontera, tan cerca, que en 20 minutos pedaleando ya estábamos en el país vecino. Yo estaba con la torpeza subida y, cada dos por tres, me iba al suelo con la bici... Un poco vergonzoso contarlo ahora, pero la de risas que nos dio en ese momento!

No fue hasta el último día que no visitamos Ámsterdam. Sin duda, una magnifica ciudad. Me encantó (al igual que Maastrich).

Es una ciudad no excesivamente grande, marcada por su estructura de canales concéntricos y las pintorescas vistas que de ellos se tienen desde cada puente o rincón de la ciudad. Se puede disfrutar a pie o en bicicleta, tranquila, limpia y civilizada. Combina la belleza y la tranquilidad con la cultura, el ocio y la vida nocturna. Para los aficionados al arte, visitas obligatorias serían: el Rikjsmuseum y el Museo Van Gogh. Para quien prefiera la vida nocturna, Ámsterdam presenta también una cara divertida y animada, que va mucho más allá de los tópicos coffee-shops o el Barrio Rojo, tan extendidos cuando se piensa sobre ella.

Allí fue donde compramos la mayoría de los regalos para los familiares y amigos, nos despedimos de los coffee–shops y probamos los deliciosos “pastelitos”. Están buenísimos, pero no abusar! Yo me comí un trocito y menudo viajecito de vuelta en el avión que tuve...

Holanda 2006
En definitiva, un viaje muy recomendable. Sobre todo es un destino magnifico para hacer un viaje con amigos y pasarlo en grande!

Para terminar, os dejo el video que hice en su día a modo resumen (pero muy, muy, MUY resumen) de todo el viaje:


Canción: Rihanna - S.O.S

(Si queréis ver más fotos de este viaje, podéis visitar este álbum de mi cuenta de flickr)


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